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Sobre Sylvia Esteban 'Bali'.

Sylvia Esteban

Soy Sylvia Esteban, aunque desde pequeña me llaman 'Bali'.

Siempre fui una niña muy inquieta y social. Hablaba con todo el mundo y en el cole me costaba pasar desapercibida, estaba en mi mundo, cuestionando todo y distrayendo a mis compañeras en clase. Todos los maestros terminaban por ponerme en última fila o echarme al pasillo por habladora. En sexto de Educación General Básica repetí curso por primera vez, con cambio de centro incluido y se me empezó a tratar como “fracaso escolar”, poco a poco comencé a integrar este adjetivo como parte de mi identidad. Sentirme “tonta” marcó mi carácter, junto con mi emocionalidad inestable y mi manera distinta de ver el mundo, así que terminé por convertirme en una adolescente con mucho sufrimiento interno.

Lo que vino después fueron una serie de acontecimientos que me llevaron a estudiar psicología como salida para poder comprender mis procesos y encontrar serenidad. La adolescencia y primera edad adulta fueron una tormenta constante, en ella vivía sin capacidad de resguardarme. Pasé por muchos procesos psíquicos que diferentes especialistas evaluaron y diagnosticaron, pero nunca me di por vencida.

En 2015, mi hija fue evaluada y se encontró que tenía una peculiaridad neurocognitiva llamada Trastorno por Déficit de Atención/Hiperactividad (TDAH) con Altas Capacidades (AACC) y Velocidad de Procesamiento (VP) lento. En ese momento yo ya tenía mi carrera terminada y dos Máster (Psicología infanto-juvenil y Psicología General Sanitaria), trabajaba en el Departamento de Neuropsicología de la Seguridad Social, en la Universidad y tenía mi propio Gabinete. Había demostrado al mundo (y a mí misma) que no era tonta, pero seguía con un malestar constante que no podía apaciguar. El diagnóstico de mi hija me hizo ver la luz, teníamos el mismo perfil, ¿quizá yo también era TDAH?.

En seguida me puse en contacto con la Asociación de TDAH Adulto y me hicieron las pruebas pertinentes, efectivamente fui diagnosticada con TDAH, tipo impulsivo y AACC, además, posteriormente he podido comprobar que soy una Persona Altamente Sensible (PAS).

Esta “etiqueta” que llamarían algunos, ha dado luz a todos los sucesos de mi vida y ha hecho que me interese de forma muy intensa por las personas neuroatípicas, a lo que he dedicado mi estudio y profesión. De forma muy personal estoy implicada en entender los procesos cognitivos, emocionales y de vida de personas que como yo tienen peculiaridades cerebrales que les hacen disfuncionales en este mundo de seres humanos neurotípicos.

Hoy por hoy sé que nos podemos adaptar a un planeta que no comprende la forma de proceder de personas que piensan de forma diferente, sé que hay tratamientos para mejorar algunas disfunciones cerebrales, ya sea por genética, enfermedad o adquiridas. Sé que nuestra vida es susceptible de mejorar con terapias adaptadas y comprensión por parte de los iguales y que hay personas muy valiosas implicadas en nuestro bienestar.

En Neurotesela intentamos poner nuestro grano de arena para que todos tengamos la oportunidad de brillar y fluir, independientemente de nuestra estructura cerebral, a pesar y gracias a ella somos especiales, de eso no me cabe la menor duda.

Desde el momento en que me puse a trabajar en esto, he encontrado equilibrio y un propósito de vida, ayudar a quien necesite encontrar el bienestar desplegando todas las capacidades a su máxima exponencia, aún dentro de las limitaciones neurocognitivas,  en ello continúo hoy en día y espero que por mucho tiempo más.

¿Necesitas que te ayudemos? Aquí estamos, no dudes en contactarnos.

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